El rastrillo y/o las navajas son esenciales en el cajón de cualquier hombre. Gracias a estas herramientas podemos quitar por completo el vello facial que nos hace ver “desalineados”, o incluso perfilar barbas y bigotes para acentuar nuestro estilo. Pero mucha precaución, la irritación en la cara es común después de rasurarse, y más si no sigues estos tips de cuidado de la piel.
La irritación posterior a rasurarse se debe a varias razones, pero las principales tienen que ver con la presión ejercida, la antigüedad de las hojas o los productos que usas. ¿Pero por qué arde la cara?, porque en las afeitadas se generan micro cortes que erosionan la piel; cuando son mínimas no hay dolor, pero cuando te excedes de fuerza o la navaja está mal es común que sientas molestias. Y así puedes evitarlo.
Cuidados para evitar irritarte la cara al rasurarte
Evita la afeitada en seco
Cuando te rasuras en seco los rastrillos no se deslizan bien, lo cual puede ocasionar cortes irregulares y ardor. Por eso se recomienda usar cremas de afeitar o jabón que haga espuma para crear una barrera lubricante que proteja la piel, y que además permita un mejor deslizamiento del cabezal o de la navaja.
No hagas pasadas repetitivas
Si una pasada no irritó tu cara, lo harán 2 o 3. No pases el rastrillo una y otra vez por la misma zona, así lastimarás la piel y la enrojecerás. Mejor aplica una presión mayor (sin que sea excesiva) y elimina todos los vellos en un mismo movimiento.
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Cambia los cartuchos
Rasurarse con cartuchos o navajas viejas es un pase directo al ardor facial. Cuando las hojas se desgastan, es común que se formen rebabas metálicas que impiden un afeitado uniforme; además, pierden filo y te obligan a que pases más de una vez el rastrillo. Por eso te recomendamos cambiar, al menos un a vez a la semana, la herramienta con la que te quitas el vello facial.
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El cuidado de la piel no tiene porqué ser complicado, y menos el de tu rostro. Si quieres evitar la irritación después de una rasurada sigue estos tips: usa crema de afeitar, cambia una vez a la semana el rastrillo o la navaja y no hagas demasiadas repeticiones.